Semana Santa

En la provincia de Santiago de Chuco, celebran la Semana Santa, de una manera muy real todos los años para recordarnos, que Jesucristo dio su vida por nosotros. Gracias a su sacrificio en la cruz El nos salvó del pecado y de la eterna condena, para poder vivir en la libertad de los hijos de Dios. Desde ya en el mes de Marzo, Los estandarteros, que ya son elegidos con un mes atrás, empiezan a repartir un platito de dulces realizados en la misma provincia, este plato consiste en: 3 basita de maíz 3 rosquete (rosquitas con dulce) 3 hojarascas. Reparten este platito a todas sus amistades, si los estandarteros son varones, tienen que repartir solamente a varones, pero si es que son mujeres tendrán que repartir solamente a mujeres, para que el día de la procesión, acompañen con una velita, alumbrando durante la procesión. A los hombres les dan para que saquen en procesión a santitos varones, y a las mujeres les dan a las virgencitas.

El domingo de ramos, en el barrio San José elaboran un altar de donde saldrá Jesús en procesión montado en un burrito y con su olivo, ingresa por la calle Grau, y su recorrido es por las principales calles de Santiago de Chuco. Toda la gente que acompaña salen con su olivo de lamisa que realizan en la mañana. La procesión empieza a las 3 de la tarde y concluye a las 7 de lanoche. Les invitamos a vivir ésta semana santa con todo el alma. El jueves santo vemos como Jesús en la última cena entrega con el pan su vida (su cuerpo) a los apóstoles y a todos nosotros. Nos deja un mandamiento nuevo, el mandamiento del amor. Después de la misa de la cena del Señor velaremos en adoración con El, obedeciendo sus palabras “quédense aquí y velen conmigo” (Mt 26,38). El viernes santo reviviremos los trágicos pasos de la pasión del redentor hasta su crucifixión. La adoración de Cristo en la Cruz nos permitirá comprender más profundamente la infinita misericordia de Dios. Ciertamente la cruz es un camino difícil. Sin embargo, solo en ella comprendemos el misterio de la muerte que da la vida. El sábado santo esperamos el acontecimiento glorioso de la resurrección comenzando a experimentar ya la íntima alegría. En la vigilia pascual y la misa de resurrección se nos anuncia definitivamente: Cristo derrotó para siempre al pecado y a la muerte.